sábado, 13 de diciembre de 2014

DÍA 4: Esa gente que se cree importante y lo es

´La obsesión por representar lugares y personajes fronterizos puede tener muchas explicaciones, entre ellas el hecho constatable de que las herramientas audiovisuales siguen estando en las manos de una clase media que aunque tenga algunos privilegios siempre es sacudida por el miedo de perderlos. Una clase conservadora en sus prácticas sociales y que probablemente vea con nostalgia el salto al abismo de estos personajes, como proyección de su propio deseo o su propio miedo. Esta condición pareciera imponer un punto de vista siempre desde afuera, aunque se matice con las coloraciones de la compasión, el interés antropológico o la construcción consensuada del sentido de lo que se representa´ 
PEDRO ADRIAN ZULUAGA .



DÍA 4 DE PREPRODUCCIÓN
Bueno, la película iba bien. Pero no va. Al menos no por ahora. Digamos que fue saboteada. Un poco. Otro poco ´auto´ saboteada. Normal. Alguna fibra debí haber tocado. Era de esperarse. Estas cosas tienen que pasar cuando vos querés  caminar por terreno fijo. I guess.

Raúl Soto me dijo en Gobindas, un restaurante vegetariano del centro (¡WTF!), a mediados del año tal vez, (no sé: pudo haber sido en esa fiesta adonde todos íbamos secretamente a encontrarnos con Simón Mesa, el director de Leidi), que había que sospechar cuando uno sentía que todo está saliendo bien o muy fácil: ´definitivamente no va a ser un buen producto´, me aseguró.

Puede ser eso. Puede ser que todo estaba fluyendo mucho o que simplemente me estoy divertiendo mucho escribiendo este diario y sentándome, cada día, a hacer cuadros y flujogramas de preproducción.

Lo otro es que estoy descubriendo cosas interesantes. Dolorosas también. Pero que hablan mucho de la película. Por ejemplo, sentir que se empezaron a meter conmigo. En lo personal.

La primera, fue la persona que se iba a encargar de interpretar el papel femenino principal.

 Luego, fue el protagonista masculino. Me refiero al actor, Santiago. Lo mismo. Hace poco. En el festival. 

Santiago e Isabel.  De repente soltaron dos bombas, personales, que nunca me esperé. En distintos tiempos, pero igualmente mortíferas. 

Soy una persona que me meto contra muchas cosas y contra muchos grupos en el Facebook, por ejemplo. En la red. Sin embargo, no me meto con nadie en particular, acaso con símbolos. 

Y tampoco voy a negar que, fuera de la virtualidad, me he dado el lujo de encenderme con buena parte de Medellín. Medellín no es que sea una ciudad monedita de oro igual y especialmente en el campo en el que yo me muevo. 

Amigos de los que toda la vida supe que son unas gonorreas, me cansé de sostenerles la careta de hipocresía. Ex compañeras de la universidad, reinas de la sutileza, trepadoras por excelencia, a las que nunca les creí, las he sabido poner en su lugar, hoy, que vienen a reclamar historias de amistad para conmigo. 

Ex novias dolidas, que sueñan con verme arrodillado, todavía vienen por lana y salen trasquiladas. Patos desagradecidos a los que ayudé, carrangas resucitadas que no eran nadie en el medio y hoy no les queda sino el mal sabor de estos huesitos y estas carnitas mías para ruñir en lacónicas reencuentros de egresados. Enamorados gratuitos en el sentido más sicarial del término. Hermanos de ex amantes con poder. En fin, a medio Medellín me he dado el lujo de insultar y de recibirle insultos, por igual. 

Soy en general un tipo violento exclusivamente con detractores a los que les doy entrada. Son muy pocos en realidad.

Pero, óigase bien: a gente como Santiago me di el lujo de no decirle nunca, nunca, ni una sola afrenta personal. Nunca fui, hasta hace 8 días, ese cerdo que él fue metiéndose en el terreno de lo personal. Con Isabel menos. Son almas con las que quise hacer una película, pero una película muy lejos de ser íntima ni mucho menos.

Me quedo con ese trofeo, entonces: el de un tipo que le quiso dar amor a los actores de su cortometraje y ellos le devolvieron lo más colombiano que le podían dar, lo más antioqueñamente tradicional: ODIO.  

Y  así, yo me he dado duro entonces con gente de poder verdadero en este país.  Sin embargo el excedente de amigos es interminable, cuando he querido editar eso que me empeño en llamar la ´hijueputada´, una forma de estar muy colombiana en el mundo. A mi lado permanecen los que son y son muchos. A veces me pregunto, a qué horas hice yo para hacer tantos amigos en Medellín si me fui diez años. Me salí de la fila y otra vez estoy entre los primeros (YO, TÚ Y OTRO PAR DE AMIGOS HACIENDO LA FILA, guión para largometraje que viene en curso).

 Mis enemigos, debo decirlo, son grandes, gigantes o medianos. Pero nunca chicos. Y de pronto por ello, mucho chichipato, apenas pseudo popular,  quiera matricularme como su enemigo por dicha razón,  - aunque nunca me haya zanjado en algún altercado con ellos. Con los chichipatos, quiero decir - . Con mis verdaderos enemigos sí. Me he dado duro.

 Con Santiago e Isabel manejé siempre una amistad lo más cálida posible, pero nunca lo suficiente confianzuda como para decir mira marica te voy a sacar los trapitos al sol en la primera oportunidad que se me presente. Ha sido una amistad más bien de lisonjas entre ególatras, algunas de ellas exageradas. Un mal comienzo, lo sé.  ¿Qué lisonja no lo es?.  Pero siempre demostrando mi admiración profesional y mi respeto a sus figuras y su calidad humana, vista a la distancia. Todo era sincero.  

El tema es que, en el fondo, ES DOMINGO YNTAN es un guión bastante saboteable. De parte de otros integrantes del equipo también ha recibido sus embestidas. El camarógrafo, la asistente de dirección y el director de fotografía y hasta una participante de un casting le han mandado sus guascazos. Tanto así, que me tocó abrirlo a nuevas versiones y nuevas manos para su corrección. Fantástico. Hace tiempos quería trabajar así. Retroalimentándome. 

¿Qué fue lo que hizo, que de repente, las dos personas más inteligentes que he conocido en este 2014 se metieran en el terreno de lo personal contra mí?

¿Acaso no lo eran tanto?

¿Intimamos mucho? 

No. La respuesta es un no rotundo. Yo no intimo con gente que de alguna manera alguna vez le vendieron la idea de ser importantes. Eso me parece una fabricación occidental de la sociedad capitalista con la que fui criado y con la que jamás comulgo. La autoestima es una elucubración urbana y totalmente antinatural y yo llevo 5 años viviendo en Santa Elena huyéndole a ello. Un gesto que precisamente quiero criticar en ES DOMINGO. 

Para nada. Somos amigos del Facebook. Nunca comento sus estados y escasamente ellos los míos. Mucho menos había hecho críticas que llegaran hasta la esfera de lo personal (bueno, al menos hasta antes de la pelea) contra Santiago, particularmente. De vez en cuando éste se me había metido al chat a justificarse o a buscar puentes. 

La respuesta que me doy, es que buena parte del malestar, el gran porcentaje, está en el guión, en la clase de historia que se quiere contar.

Que sea lo que ese guión quiera que cambie, me dije cuando se lo entregué a los interesados para que lo intervinieran. ´Pero que no pierda su entidad auto analítica.  El carácter clasemediero de revisarse, como si fuera un niño rico que va al psicólogo´. 

Entonces, me alegra mucho que la clase media de este país, esta clasesita de bien, se sienta acechada con mi presencia, en el aspecto más evaluativo del término. 

No va a ser fácil rodar con actores verdaderamente clasemedieros. Va a ser un casting ultra difícil. Lo que antes era un guión superfluo para mí, ahora se convierte en un reto existencial. Digámoslo con franqueza: es un casting altamente clasista.

En un principio había contado con suerte de principiante, al toparme con Santiago e Isabel. Dos siluetas con el porte perfecto de esa clase media intocable, que se ha dedicado a usar el cine como un juguetico para retratar gamines. En su defecto, una clase media que se ha dedicado a señalar culpables, como en el caso de Apocalipsur (donde el casting no es muy acertado) o celebrar sus encuentros con las drogas como en el caso del  Santiago mismo o en Sumas y Restas o Buscando a Miguel. Grandes obras maestras todas para mí, pero no lo suficientemente revisionistas.

ES DOMINGO YNTAN, no es revisionista. Tampoco reduce ninguna autocrítica porque no la pretende explorar. Pero hay algo que huele kind of weird en estos personajes, de los cuales yo también hago parte por el barrio en el que crecí, por la educación que recibí. Es un guión donde quiero que haga sol, pero adonde por dentro el frío siempre embiste. 

Y de repente, no se vayan a dar los resultados o quizás sí. Pero de lo que sí estoy seguro es que no voy a hacer pasar unos actores de clase baja como si fueran de clase media. Tampoco le voy a ser el casting a aristócratas modernos. 

He de buscar un lugar todavía no iluminado del estrato 4 paisa, adonde prender la lámpara mágica y decir, vea esa gente que se cree importante y lo es.





martes, 9 de diciembre de 2014

Día 3: entrando a cuadro, destinitos wannabe

«every day is like a Sunday»

Es domingo y sigues sola. Sigues solo. Vas al desfile de Mitos y Leyendas y debes hacerlo solo, porque tus hijas se fueron con sus novios. Alegan un desencuentro.

Otro domingo, sola, comprando en la Placita. En pleno diciembre. Eso dice mucho de ti. Vas a la premier de tu película en Santa Fe de Antioquia. El recinto está lleno. Te llenas de gloria.

Bueno, de esa gloria de Santa Fe de Antioquia. Ya sabes: todo el mundo sentado en el suelo y en sillas Rimax, en el mejor de los casos. Y esas cosas. Pero te ovacionan. Triunfas. Pero estás solo. Tu mujer no te quiso acompañar. Cagaste, guevón.

No sos tan bueno como creés. Sos más bien basurita. La iglesia. Cuarentavo domingo del mes. Sola. Ahí algo ahí. Tal vez no sea fe: tal vez sea culpa.

Partido del Nacional. Todas tus amigas van a llevar al novio. Pero no tú. Otro año igual, en blanco.

Te metes a la piscina. Son las 3 am. Todos empiezan a cortejar. A las 5 ya están listas las parejas. A las 6 se van a las piezas. Cagaste, güevón. Otra vez fuiste el feo del paseo. A desayunar con los demás enguayabados del pueblo. En el parque. A las 10 hay película de nuevo. Título:

DÍA 3 DE PREPRODUCCIÓN

La tarde empieza bien en Santa Fe de Antioquia. Al llegar me recibe la FLA con un nuevo producto de degustación. El Ice yo no se qué. Buena señal. Parece un Festival ya mayor. Lo es. En la puerta hago migas con un chileno. Un crítico de cine. Escribe para el Amante y El Mercurio, entre otros. Buena onda. Raro. Los chilenos antes no eran así. Tal vez han viajado ya mucho. Resulta que conoce a Alberto Fuguet. Son interlocutores. Es de lo único que tendría yo para hablar con alguien del cine.

Resulta que hay gente que hace poesía para conocer poetas o gente que pinta para moverse en el mundo de la pintura. Igual los médicos, se especializan tal vez soñando en ese simposio en Brasil o en el congreso de cirujanos de cada febrero.

Yo no. Hago videos. Audiovisuales. Pero le tengo una terrible aversión a los colegas. Los evito a toda costa. En general  me gusta la gente, soy bastante sociable. Pero a comunicadores y a artistas les huyo. Especialmente si son vacas sagradas o tal vez ratas peludas de la India a quienes los asistentes de Santa Fe de Antioquia son capaces de sacar una ponchera de leche a que calmen su sed.

Yo solo vine aquí a hablar por teléfono o para ver el experimento en video de Santiago, el protagonista de Es Domingo YNTAN. Uno que sí parece hacer audiovisuales para pertenecer, acceder a este universo gelatinoso. O sea: hacer cine para moverse entre la gente del cine. Para tener amigos entre la gente del cine. Vaya rollo. Parece lógico y lo es. La foto fija existe. Te quiebras la espalda rodando un plano, para entrar a cuadro con Pepito Pérez en una imagen que te garantice la inmortalidad... ejem... me da risa decirlo... pero lo digo: la inmortalidad de Facebook...bueno... acaso también para brillar con un poco de luz ajena. Pero, okay, lo que sí estoy seguro es que para eso son estos festivales.

Para esto y para noveleriar un poco a ver quién vino. De eso hablamos un poco con el chileno, pero nos hemos quedado afuera. El recinto está full. Seguimos. El chileno me insiste que deberían invitar a Fuguet a Santa Fe de Antioquia. Yo le digo que Fuguet es suficientemente de derechas como para no venir, pero que igual también tiene el suficiente dinero para darse el lujo de ser comunista. Qué es la gran paradoja latinoamericana. La corrección política como pasaporte a los dineros del Estado, me contesta él. Luego alguien lo llama y trato de entrar. Sale un man muy buena onda, de la organización, uno importante, otro crítico pero de aquí, y mueve sus influencias y podemos entrar.

Entrar. Entrar a cuadro. Entrar al ya manido artificio (por Faciolince y por Pascual Gaviria y por otros tantos más) de agarrarse contra El Colombiano para ganar un poco de notoriedad.

Luego, afuera, entrar a cuadro a un festival donde la gente se sigue sentando literalmente en la calle, a ver cine o a emborracharse.

Pienso que no quiero lucir nunca tan desesperado, tan huérfano de esos domingos interiores que la gente de este Festival lleva a cuestas. Pienso que yo también lo estoy. Tal vez todos tenemos un pequeño domingo de soledad en nuestros voluntariosos conglomerados. No quiero ni pensar cómo sería la llegada de toda esa gente ebria a Medellín. No quería tampoco que ´Es Domingo YNTAN´ sufriera ese mismo destino wannabe.  Me fui al parque y me encontré con un montón de gente que la quiere de verdad, a la película. La rodearon. Armamos una pequeña tertulia alrededor del guión y brindamos por la historia. La cosa fue hasta el amanecer. Entonces me di cuenta, bajo la quejumbrosa luz lechosa del amanecer que ya había sido suficiente de trabajo este año. ¡FELICES FIESTAS!




martes, 2 de diciembre de 2014

Día 2 de preproducción: NUESTRA PROPIA CANCIÓN DE AMOR


FOTO, POR HERNÁN VÁSQUEZ

- Este post va con música de Bob Dylan -

De alguna manera, Lucas es un personaje fronterizo, ahora me doy cuenta. Extra-radiero, outsider.

Siempre me han fascinado esos personajes tipo Douglas Coupland o Gus Van Sant o Jarmusch, que se van a vivir a los límites de algo geográfico, pero mentalmente también.

Hay mucho cine de suburbia, así, muy el Linklater de antes o el Oliver Stone de los 90.

Lo peor de todo (o lo mejor) es que yo me he convertido en uno de esos personajes. Lo que siempre he admirado, fuera de foco, lo he incorporado en mi relato personal. He terminado viviendo en Santa Elena, un lugar que si se mira bien, es bastante suburbial, excéntrico y, por tanto, más interesante.

Esto desde lo literario. Estético. Y muy dudosamente desde lo vivencial (no creo que Santa Elena sea el lugar exactamente para mí, aunque viva aquí. Prefiero Medellín mil veces para vivir, con todo lo nauseabundamente cementero que se ha vuelto).

Pero Santa Elena sí es el lugar para un montón de personajes de ficción, que existen y son reales.

No sé desde lo cinematográfico cómo se pueda captar esto, sin caer en el ruralismo. Santa Elena, como mucha periferia mundial, puede estar más conectada con el mundo de lo que puede llegar a estar Medellín misma, por ejemplo.

PERTENECIENTE A LA BANDA SONORA DE Es Domingo y no tengo a nadie:


Luego de vivir 10 años en Nueva York, he visto más actitudes cosmopolitas aquí, arriba, en la montaña. Medellín es una ciudad muy wannabe, pero no es.

Es, o la han vuelto sus últimas administraciones, en un conglomerado de catalanes sin Gaudí, californianos sin Bukowski, ingleses sin un Depeche Mode paisa. ¿Dónde está pues ese Woody Allen en Medallo pa´ que nos demos tantas ínfulas? ¿o ese Ray Man? Un montón de gente sola, vaya. Una masa estafada y estafeta. Todo un barrio Carlos E. Restrepo cortándose una oreja colectivamente 100 años antes de convertirse en pequeños Vincent Van Gogh.

Volví a Medellín por historias pero ya nada me pareció interesante. Toda la narratología se la absorbió la realidad de la guerra. En aquella ciudad sólo quedan la fábulas sociales. ¿Quién dijo que una ciudad sin melancolía podía ser posible?

En Santa Elena todavía queda el individuo. La naturaleza lo cuida. En Medellín el afán de ser centro, de pertenecer al centro ha destrozado a la persona.

Todo lo que pueda encontrar de interesante, hoy, lo puedo encontrar en Lucas. Un tipo muy de Santa Elena. Un joven con cierta información del futuro, muy dado a ser lastimado si se descuida ante la avanzada peligrosa de su tiempo, un Colombia de posguerra, amenazante, que se nos empieza a subir a todos pierna arriba.

Viendo NUESTRA PROPIA CANCIÓN DE AMOR, una película de ésas setenteras, suburbial, ultra periférica, en los extremos de un territorio, cintas que no se volvieron a hacer, pero que por fortuna de vez en cuando salen, siento que es posible, veo que también nosotros podemos hacerlo, tener nuestra propia canción. Y, si es de amor, mucho mejor.






martes, 25 de noviembre de 2014

Cine hecho con una camarita, cine sin tantos moñitos

Antojado de Bacifi

Se acerca el día del rodaje. He ido preparándolo despacio. Cada día un poco. Esperando que el corto se duerma, repose. Pero el corto no se ha ido a hibernar. No se deja. Nunca se ha dejado. Habla, vive, respira solo, bajo el agua de la inmaterialidad y sin necesidad de oxígeno.

He querido ponerlo en reposo, en la bandeja de los proyectos susceptibles de archivar y la historia sigue obsesionando, ilusionando, llamando.

Al principió, pensé que iba a ser sencillo. La peripecia la pensé para eso. Quise inspirarme en esas películas que hoy en día se ganan el Baicifi, hechas por 2 o tres personas.

 De hecho la meta de este proyecto es el BACIFI. Cine under, latino, narrativo, poderoso, independiente, furiosamente independiente.  Los largometrajes más interesantes para mí, son hechos por pocos y el BACIFI está lleno de ellos. Ojalá logre llegar allá.



Por ello escogí una sola locación y casi ningún diálogo. Para poder grabarlo con 2 o 3 personas como equipo técnico.

No fue así. Ahora me doy cuenta de que no era solamente escribir para una sola locación. También era escribir para un solo personaje. Hoy necesito 6 personajes principales y unos 15 extras.

Ciro Guerra dijo alguna vez que los proyectos más simples eran los más complicados de organizar, pues terminan pidiendo tanto o más como las super producciones. Ahora entiendo por qué.

QUIERO GRABAR ESTO SIN TANTO MISTERIO
No me lo estaba tomando en serio. Al proyecto, quiero decir. Pensé que iba a ser una idea más. Que se iría a traspapelar. No sucedió. La cosa ahora vive, es orgánica.

La idea creció. La gente que iba leyendo el guión, se iba enganchando.

Cometí un error: le mostré una idea interesante, de cine aparentemente simple, a un montón de gente.

A todo el mundo le gustó. Tal vez me dejé llevar por la vanidad. Me gustaba que la gente lograra conectar con el personaje, con el título.

ES DOMINGO YNTAN me ha dado un pequeña gloria sin haberlo grabado.

Hoy, 7 meses después, las palabras de Oscar Mario Estrada, realizador ilustre desconocido paisa, retumban en mis oídos: ´ Willie, no te dejés meter las manos en la película, no te dejés frenar, que en Medellín el cine es 99% novelería y un 1 por ciento colaboración´.  Entiendo, mucha curiosidad, chismorreo.

Mi frustración ahora radica en que el tiempo se va yendo. El tiempo se diluye siempre como arena dentro de un puño y así parece que el corto también. Soy un ansioso, lo sé. No sirvo para aplicar a becas o para dejar madurar una fábula. Creo en el primer impulso.




Debería sentirme satisfecho. He logrado acercarme a gente que siempre he querido tener cerca cinematográficamente hablando, como Santiago Gómez, por ejemplo. También fue un pretexto para unirme, más, a mis maravillosos alumnos de Fotografía este 2014. Igual, numerosas rumbas.

He disfrutado del proceso sin darme cuenta y he tenido la oportunidad de completar una faceta pedagógica de mi personalidad siempre latente, enseñándole a gente que no tiene la menor idea del oficio, así como abrir trocha en el arte de hacer cine en Santa Elena.

 Pero ya no soy ése qué cometía video un montón de años atrá. Recuerdo la primera vez que hice un corto. Sucedió igual. Mucha gente llegó por curiosidad, por ver qué era eso de hacer un corto.

En ese tiempo tenía fuerza,  nada me podía frenar. Era una tromba. Sabía tiranizarme, decir cosas insolentes, pisotear al que fuera, fanfarronear como lo hacen esos jóvenes cineastas que están triunfando hoy en día en Medellín.

El buen arte siempre ha sido una cosa de dictadores. Hipócritamente, la historia muy poco ha hablado de ello.

Hoy en día, ya no tengo esa energía. Oigo a la gente. Trato de creer en el carácter de ´trabajo en grupo´ del cine. Tomo decisiones teniendo en cuenta al otro. Quiero salvar el mayor número de amistades posible.

Vaya estupidez. A pocos días de rodar, me doy cuenta de que eso no sirve para nada. La gente siempre se va a sentir mal en estas historias. Por A o por B, en Colombia cuando actuás nadie queda intacto, alguien sale herido.

Tal vez no deba perder mi punto de partida, mi premisa: la idea no es vivir del cuento. No de este. De hecho no creo mucho en eso de ganarme la vida con el audiovisual. Me parece muy farsante el medio en general.

Y tampoco quiero tomarme este cortometraje demasiado en serio. Mucho menos hacer la película de mi vida. Creo que debo relajarme más. No estresarme ni dejarme estresar.  Hay gente que se vuleve muy melodramática con estas cosas creativas. Creen que van a cambiar la historia del cine cada vez que abren la boca. No puedo caer yo también en esa trampa.

Aunque sí tengo una historia en la cabeza, tengo muchas. Pero ya habrá tiempo de contarlas, de que se cuenten ellas solitas. Tengo un mundo narrativo y eso es muy distinto al audiovisual paisa. Quiero algún día no muy lejano hacer un largometraje y ahí sí vivir de él. Había decidido no hacer cortos más.  Hoy lo estoy pensando. Heme aquí, con un corto que quería tomar como un divertimento y ya no lo es tanto. Hace poco le dije al protagonista, a Santiago:

-  Hermano yo voy a hacer eso sin ponerle tanto misterio.
- Es que es mejor así - me contestó.

Cuando digo ´sin tanto misterio´, quiero decir sin tanto disfraz del que se usa en el cine para contar una historia.

 Este año me dejé llenar de misterio de un montón de gente en la preparación de este divertimento. Hoy quiero quitarle tanta maquillaje. Quiero hacer el cine que a mi me gusta. El cine inteligente, más no intelectual. Cine hecho con una camarita, cine sin tantos moñitos.