martes, 9 de diciembre de 2014

Día 3: entrando a cuadro, destinitos wannabe

«every day is like a Sunday»

Es domingo y sigues sola. Sigues solo. Vas al desfile de Mitos y Leyendas y debes hacerlo solo, porque tus hijas se fueron con sus novios. Alegan un desencuentro.

Otro domingo, sola, comprando en la Placita. En pleno diciembre. Eso dice mucho de ti. Vas a la premier de tu película en Santa Fe de Antioquia. El recinto está lleno. Te llenas de gloria.

Bueno, de esa gloria de Santa Fe de Antioquia. Ya sabes: todo el mundo sentado en el suelo y en sillas Rimax, en el mejor de los casos. Y esas cosas. Pero te ovacionan. Triunfas. Pero estás solo. Tu mujer no te quiso acompañar. Cagaste, guevón.

No sos tan bueno como creés. Sos más bien basurita. La iglesia. Cuarentavo domingo del mes. Sola. Ahí algo ahí. Tal vez no sea fe: tal vez sea culpa.

Partido del Nacional. Todas tus amigas van a llevar al novio. Pero no tú. Otro año igual, en blanco.

Te metes a la piscina. Son las 3 am. Todos empiezan a cortejar. A las 5 ya están listas las parejas. A las 6 se van a las piezas. Cagaste, güevón. Otra vez fuiste el feo del paseo. A desayunar con los demás enguayabados del pueblo. En el parque. A las 10 hay película de nuevo. Título:

DÍA 3 DE PREPRODUCCIÓN

La tarde empieza bien en Santa Fe de Antioquia. Al llegar me recibe la FLA con un nuevo producto de degustación. El Ice yo no se qué. Buena señal. Parece un Festival ya mayor. Lo es. En la puerta hago migas con un chileno. Un crítico de cine. Escribe para el Amante y El Mercurio, entre otros. Buena onda. Raro. Los chilenos antes no eran así. Tal vez han viajado ya mucho. Resulta que conoce a Alberto Fuguet. Son interlocutores. Es de lo único que tendría yo para hablar con alguien del cine.

Resulta que hay gente que hace poesía para conocer poetas o gente que pinta para moverse en el mundo de la pintura. Igual los médicos, se especializan tal vez soñando en ese simposio en Brasil o en el congreso de cirujanos de cada febrero.

Yo no. Hago videos. Audiovisuales. Pero le tengo una terrible aversión a los colegas. Los evito a toda costa. En general  me gusta la gente, soy bastante sociable. Pero a comunicadores y a artistas les huyo. Especialmente si son vacas sagradas o tal vez ratas peludas de la India a quienes los asistentes de Santa Fe de Antioquia son capaces de sacar una ponchera de leche a que calmen su sed.

Yo solo vine aquí a hablar por teléfono o para ver el experimento en video de Santiago, el protagonista de Es Domingo YNTAN. Uno que sí parece hacer audiovisuales para pertenecer, acceder a este universo gelatinoso. O sea: hacer cine para moverse entre la gente del cine. Para tener amigos entre la gente del cine. Vaya rollo. Parece lógico y lo es. La foto fija existe. Te quiebras la espalda rodando un plano, para entrar a cuadro con Pepito Pérez en una imagen que te garantice la inmortalidad... ejem... me da risa decirlo... pero lo digo: la inmortalidad de Facebook...bueno... acaso también para brillar con un poco de luz ajena. Pero, okay, lo que sí estoy seguro es que para eso son estos festivales.

Para esto y para noveleriar un poco a ver quién vino. De eso hablamos un poco con el chileno, pero nos hemos quedado afuera. El recinto está full. Seguimos. El chileno me insiste que deberían invitar a Fuguet a Santa Fe de Antioquia. Yo le digo que Fuguet es suficientemente de derechas como para no venir, pero que igual también tiene el suficiente dinero para darse el lujo de ser comunista. Qué es la gran paradoja latinoamericana. La corrección política como pasaporte a los dineros del Estado, me contesta él. Luego alguien lo llama y trato de entrar. Sale un man muy buena onda, de la organización, uno importante, otro crítico pero de aquí, y mueve sus influencias y podemos entrar.

Entrar. Entrar a cuadro. Entrar al ya manido artificio (por Faciolince y por Pascual Gaviria y por otros tantos más) de agarrarse contra El Colombiano para ganar un poco de notoriedad.

Luego, afuera, entrar a cuadro a un festival donde la gente se sigue sentando literalmente en la calle, a ver cine o a emborracharse.

Pienso que no quiero lucir nunca tan desesperado, tan huérfano de esos domingos interiores que la gente de este Festival lleva a cuestas. Pienso que yo también lo estoy. Tal vez todos tenemos un pequeño domingo de soledad en nuestros voluntariosos conglomerados. No quiero ni pensar cómo sería la llegada de toda esa gente ebria a Medellín. No quería tampoco que ´Es Domingo YNTAN´ sufriera ese mismo destino wannabe.  Me fui al parque y me encontré con un montón de gente que la quiere de verdad, a la película. La rodearon. Armamos una pequeña tertulia alrededor del guión y brindamos por la historia. La cosa fue hasta el amanecer. Entonces me di cuenta, bajo la quejumbrosa luz lechosa del amanecer que ya había sido suficiente de trabajo este año. ¡FELICES FIESTAS!




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