martes, 2 de junio de 2015

Márgenes post-urbanos

´Si escuchas esto por ahí,
quiero saber de vos...´
FP

La reflexión del día va a cargo de una evocación. Se trata de unas palabras que me dijo una noviecita hace algunos años, tal vez de los años 90.

Espero que lea esto algún día y se sonría al menos. Me dijo: ´Uno siempre tiene que rodearse de gente que esté de su lado, por muy equivocado que esté y, paradójicamente, esa gente nunca resultan siendo ni tus amigos, ni tu familia ni la gente que se te acerca´.   

Palabras que resuenan, ahora, que al corto le empieza a ir mejor entre la gente de afuera de sí misma. Aunque la gente de adentro del proyecto la ha tratado bien ( hoy la vio el actor principal en pantalla grande y creo que se reconcilió del todo con la película.

Antes no estaba muy convencido, pero ahora lo está. Creo que cree que es una buena obra, convincente, bonita, atrayente, vendedora desde el punto de vista del paisaje).

Sin embargo siempre se dará esa cosa colombiana de atacar lo que nos es propio.

Somos violentos como dice la canción de Bajotierra, picosos, venenosos, sádicos con nuestros propios hermanos. Nos tiramos a matar. Al final nos ayudamos, pero a lo mal.

Entonces es normal que la crítica más dañina siempre venga del amigo que tenemos al lado, el que nos quiere.

Es normal que suceda en esta clase de proyectos y creo que en casi todos los iniciados dentro de esta,  la realidad nacional, hasta en la mejores familias: los colombianos siempre tiramos a destruir la organización, para ver si cae lo que está flojo.

Y me encanta generalizar en este tema, especialmente, pues la salud emocional de esta nación es una agua podrida echando vahos recalcitrantes.

Lo digo porque nunca habrá escapatoria. La película ya se hizo y resultó un desastre.

Pero, qué clase de desastre es éste donde la periferia simbólica de su accionar la entiende, la comenta.



La vio una diseñadora gráfica que anda haciendo una maestría en Eafit, la vi reírse, me dijo:

- Me dio mucha risa el contraste que hace el tema del zen con ese personaje.

- Tremenda pateada y esa voz en off tan pacíficamente hippie - , Me había dicho un historiador de la UN, que hace su maestría en Lingüística y Literatura, el hijo precisamente de la productora.

Otra fotógrafa, vecina de periferia, pero asistente permanente del epicentro eafitiense, también la criticó por ese lado, me dijo con evidente tono clasista propio de ciertos ámbitos académicos (en el fondo la crítica iba para mí):

 - Esa voz de el personaje está como muy de pillo, de sicario.

O sea: la romantizó sacralizando el imaginario. Volvió al personaje central un ideal de lo que debería ser el ermitaño típico de Santa Elena: un intelectual que habla pasito y se levanta todos los días a saludar el sol, despojándolo de toda humanidad.

O sea, según el estereotipo, el creador de montaña debe ser una figura cuasi religiosa que no puede permitirse untarse del mundo que lo rodea. Según ella, para eso nos venimos a vivir a la periferia: para volvernos cuerpos gloriosos a salvo de la sucia decadencia intelectual de Medellín y sus bárbaros (la mala noticia es que esos bárbaros ya se vinieron también pa´ acá y están comprando las propiedades que ya no quieren comprar en el Poblado).  Los que nos venimos al suburbio, en el sentido más anglo del término, nos hemos de purificar por acción y gracia del claustro que representan los extraradios.


Eso es muy bonito, esa visión romántica del outsider. Pero a veces se nos olvida que el outsider, físico o simbólico, es un loco encerrado en su desierto. Un jesucristo que ha terminado combatiendo diálogos con serpientes. Un yogadicto que sólo piensa en cómo arrancarle una buena tajada de capital al Estado y que es capaz de despedazar vivo a cualquier contrincante cuando de dinero se trata. Una fiera competitiva que mira a la ciudad desde su cueva dispuesto a lanzarse carrera abajo por su presa cuando se le ponga en su campo visual.

O sea, gracias a esa gente que se pilló de una de dónde viene ese elemento zen dentro de todo el contexto, es que puedo respirar tranquilo. Cuál es el guiño que se le hace a Santa Elena. Entender qué significa una cultura yogadicta en un mundo convulsivo y de dura supervivencia animal, (el cual no es más que puro y duro capitalismo).


 De seguro que, cuando la película ingrese a ese centro de la ruindad del cine paisa podrá ser ninguneada. De todos modos es un corto. Y un corto extraradiero. Casi que un corto de provincia, en la medida que se hizo por fuera de los radares del Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia o todo lo que signifique legitimación estatal. Gentes, dos o tres, que saben no ser ruines sino con ellos mismos. Y eso que, quién sabe. También los he visto mandándose la puñalada a espaldas del otro.

Pero lo bueno es DOMINGO YNTAN es que es periférica hasta su concepción de movimiento. Esta hecha desde los márgenes y  por los márgenes para hablar de los márgenes, pero no los márgenes miserabilistas víctorgavirezcos. Otros márgenes: los márgenes post urbanos.

FADE OUT: en una próxima entrada, comentaré sobre el rollo con los actores que se empezaron a sentir aludidos con el personaje de ES DOMINGO, como si éste no fuera un personaje de ficción, con ese susto como si en realidad estuviera hablando de ellos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario