Ya sé que queda muy mal hablar de los muertos y hablar mal. Pero siempre sospeché de las películas sobre niños y especialmente las de Kiarostami. Para mí, el difunto siempre fue un pedófilo encubierto y nunca se demostró lo contrario. Sin embargo, este corto es de una ternura mayúscula y aunque se crea que es una historia sobre la infancia, en realidad esta es una historia sobre los perros, un homenaje al diálogo entre la zorra y el Principito:
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