lunes, 11 de julio de 2016

El poder las imágenes

Lo más importante no está dicho, lo más importante queda en el silencio, siempre.

En el entredicho, digo yo. Y así habrá de quedar. Por mucho que te desgastes tratando de explicarlo, nada será dicho. Pero se hizo el intento. ¿Lo entenderán? Tal vez algún día.

El caso es que a veces no es tan chévere que te pongan atención. O que el corto le haya llegado a muchos. A veces es preferible que llegue a dos o tres, pero que lo agarren por donde vos quisiste sacarlo.

Suele suceder que las películas son como los arqueros de fútbol: cuando hacen bien su trabajo pasan casi desapercibidos. Tienen  que ser espectaculares para que los espectadores los valoren por la obra en sí y no por sus implicaciones.

Uno quisiera que le hicieran más comentarios sobre la fotografía (se recibieron algunos), de los problemas técnicos o sobre la edición (también hubo un par) o de los mismos actores y no tanto de las relaciones del argumento con la realidad, a fin y al cabo YNTAN es ficción, arte. Y como tal debería ser valorado.

Sin embargo es decepcionante que, incluso, personas con cierto nivel de lecturabilidad traten de vincular la obra directamente con tu vida. Se hace, en la mayoría de los casos, por sevicia, alevosía, obvio. Hay unas ganas de dañar, de buscar significados ocultos en tu llaga a través del cortometraje y sobre todo cuando la fábula va por el lado del dolor, del psicoanálisis y la autocrítica.

¿Será por eso que los cineastas colombianos no filman más historias intimistas? ¿acaso les da miedo que los destrocen en esta sociedad colombiana? ( escribo esto mientras escucho los gritos caninos de dolor y maltrato provenientes de la perrera al lado de mi casa). Puede ser lo mejor. La opinión pública en cualquier parte del mundo es cruel y prejuiciosa. Pero Colombia es caso aparte. Aquí el inconsciente colectivo se mueve por parámetros enfermos y caníbales. Mucha de esa responsabilidad tampoco se  puede depositar, toda, a la barbarie nacional.

Puede ser un acto de egoísmo también, en el mejor de los casos: te comento sobre tu miseria, pero no sobre la sublimación que hiciste sobre esa miseria, parecieran decir.

El caso es que han pasado casi dos años desde el rodaje de ES DOMINGO y muchos de los encuentros que tengo por la calle, y el tema de conversación, son vinculados directamente a un simple ejercicio intelectual cuasi literario. ¿por qué? Tengo otras obras posteriores también, ¿qué tal si hablamos mejor de ellas: ahora estoy en otro lugar mental distinto a YNTAN.  ¿No está muy pasado de vigencia el temita de la soledad? Ya no es obsesión. Tal vez no esté superado, pero ya no me siento tan solo en mi soledad. Un montón de amigos y amigas se están divorciando este año por las mismas razones por las que yo me divorcié: porque me siento menos solo estando solo que con ella, mi ex mujer.

 El poder las imágenes. ¿por qué no funciona igual con la poesía? o ¿con los cuentos? o ¡con los pintores! (los bailarines definitivamente no corren con esos riesgos, por eso dicen que la escritura es un oficio peligroso).

¿Por qué no se puede mirar una obra desligada a tu biografía personal? ¿Por qué media humanidad quiere ser el biógrafo autorizado de la otra media humanidad? ¿Hubo acaso mucho identificación con la trama? O mucha identificación con el autor. Pasa. Y pasa mucho.

A veces lo peor de todo, es que la gente que anda involucrada emocionalmente con vos, enamorados en el sentido más sicarial del término, tenga acceso a tus productos creativos. Te podrían destrozar.



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