jueves, 16 de junio de 2016

El proceso

Bueno, supongo que ES DOMINGO fue el principio de todo. Ni siquiera el final. Hace 20 años o más que grababa ficción mía, personal, exclusiva, con puesta en escena. Entonces hace 20 años todo era heróico. Hoy el cine no lo es. Porque ya no siquiera es cine. Hoy todo el cine es video y no es para nada heróico. Ya no hay que pasar dos días haciendo un plano por asuntos técnicos. Antes, en los 90 cuando empecé, era un problema tener todo listo para un solo plano. Hoy si los actores están listos y lo hacen bien, en media hora tienes una plano y puedes repetir y trabajar 10 x1 (10 planos para una sola toma) y hacer hasta 15 tomas en un día si eres organizado y si la tienes clara.

Así que ES DOMINGO fue toda una revelación. El corto me mostró sobre las urgencias actuales. A menos que seas Woody Allen o Spielberg criollo, lo que necesitamos aquí son historias tan sencillas que las puedas contar en 5 minutos y que sean necesarias, que puedas participar igual del gran debate nacional y del diálogo cinematográfico mundial desde lo propio, desde lo chiquito, desde lo personal e intransferible.

De este modo ES DOMINGO derivó en una serie WEB que en realidad son varias, he aquí el resultado de un proceso que es un solo:


domingo, 13 de marzo de 2016

Pocos carteles en el camino

Una cosa es ser experimental y otra cosa es jugar con el tiempo, detonarlo, hacerlo volar en mil pedazos. Cuántas veces hacemos esto al día y sin siquiera darnos cuenta? Dormidos, obvio, lo hacemos mientras soñamos. En las conversaciones, en las crisis, en los juegos, en la fiesta, son momentos en los que somos dioses, ya no es él, el tiempo, el que manda.

Editando también. Escribiendo acaso. Nos damos el lujo de hacerlo nuestro esclavo, manipularlo.

Me acuerdo cuando le mostré el primer corte de ES DOMINGO a Camilo Corleone, (que es un tipo que lee y ve cine todo el día), se largó en críticas muy acertadas, también algunas sugerencias. La cara de Camilo ese día, me hizo entender que había algo que fallaba con el ritmo, con el espíritu de la idea, del guión, que faltaba una reforma estructural en el montaje.

Camilo Corleone y su amada Ida, ambos figurantes de ES DOMINGO
Entonces, después de mucho meditar y hacer otros cortes, pensé que había que destrozar el guión, reinventar otra película en la sala de edición, ponerle una bomba a la historia y hacerla explotar.

¿Cómo hacerlo entonces? Lo primero, fue irrespetar el artefacto, acabarle la redondez a la historia. Eso de que existen guiones de hierro es cierto, pero hasta cierto punto (me acuerdo cuando le dije a los idiotas de Mincultura, en una pseudo asesoría, que hoy en día uno ya escribía en el software de edición: casi se van de espaldas los dinosaurios). Hoy ya todo el mundo hace, quiere hacer, cine auto referencial. Es lo único que le queda a la narrativa. El YO ganó. Si lo hace Luis Ospina, es un genio. Si lo hace otro, es un pobre güevón. Pero todos lo hacemos. Hasta los críticos de cine más provincianos, católicos y avergonzados, como Pedro Adrián Zuluaga ya se están auto referenciando, por favor.

Como me dijo sobre el primer corte de EQUILIBRIO,  una de ésas que se fue a hacer una maestría al extranjero y vino acá a fungir de asesora sin haberle ganado a nadie: ´Yo lo que veo es a usted ahí grabándose y nada más´. Ahora, 5 años después, ella misma le reparte aplauso a diestra y siniestra, vía Facebook, a todo aquel que se graba con una cámara, o sea: a todos.

En la edición, todo guión se vuelve de plastilina y especialmente ahora con el video (bueno, me parece que esa discusión de la diferencia entre video y celuloide en pleno 2016 se vuelve absurda. Últimamente he recibido varias personas en mi casa que insisten en abordarla. Hasta el mismo Lizandro Duque la puso en Caracol Radio ayer, y yo digo que es una tontería. Ni siquiera da para tema de conversación. Incluso el 35 mm se tiene que volver blow-down a video, a la hora de editar. Hoy con los nuevos sistemas de proyección hasta cualquier 720p se puede volver cine. Al final todo video es cine si se presenta en un auditorio y todo cine es video si se presenta en una pantalla pequeña).

Total, mi auto sabotaje consistió en petardear a la línea del tiempo. Creo que todos los buenos editores lo han hecho y por eso tal vez las mujeres sean tan buenas editoras, por esa facilidad de vivir a otra velocidad o por fuera del tiempo.

Así desordené la película y traté de desconectar la razón al máximo. Es más o menos lo que hago en algunas instituciones del Estado cuando me piden que no haga piezas demasiado conservadoras y las hago tan liberales que les meto hasta música en inglés (que  a la postre me obligan a cambiar aunque sea en portugués).

Lo que resultó fue una decepción total para los que conocían el guión. ¿Pero qué esto? ¿Por qué esto? Me preguntaron actores y actrices. Amigos que me acompañaron en la aventura también se jalaron los pelos.

El único que dijo encantarle fue Camilo, al mostrarle la película en un bus de Santa Elena conectados a mi teléfono celular. ´Ahora sí me gusta mucho´, me dijo. Entonces supe que por fin ES DOMINGO tenía un esqueleto, aunque todavía siga en obra negra.

Este corto de Cerati, posteado al principio, me recordó mucho el juego con el tiempo expresado en ES DOMINGO YNTAN, donde al espectador no se le subestima ni se le lleva de la mano como si fuera un bobito. En este corto se le trata al espectador como alguien inteligente que no necesita de demasiados carteles en el camino para llegar a su destino.









martes, 23 de febrero de 2016

Satanizar la soledad

Querido diario:

Hoy descubrí (o re descubrí) un aspecto de la película que ignoraba o que había olvidado: el terror que produce a ciertas personas, a cierto tipo de gente, a esos conservadores encubiertos (que tanto me gustan en el fondo) quienes van por la vida fungiendo de liberales, pero que en realidad no lo son.

Entonces, la película hace que yo termine atacado, tarde o temprano, por este tipo de espectadores (as). Desde el momento mismo de su concepción, variopintos afectos tuvieron sus grandes y pequeños conflictos con el guión, o con la idea, las premisas, algunas frases sueltas, diálogos.

No voy a citar nombres porque, a la producción de ES DOMINGO, todo el mundo llegó con muy buena voluntad, siempre, desde el inicio. Qué luego se hayan arruinado las cosas, es tema aparte.

Hoy pasó con una invitada de lujo. Función a oscuras, la ciudad de fondo. Capuccino. Hubo algo con el título. Risas nerviosas. Ella virgen desde el punto de vista de la mirada: no conocía nada de nada. ES DOMINGO YNTAN a quemarropa. Más risas nerviosas. Una carcajada de pronto.

Hay algo que políticamente asusta. Es esa zona de confort llamada familia, puesta en crisis. El individuo a solas purificándose. Cristo en el desierto. 40 días y 40 noches.

ES DOMINGO lo hace. Te mueve los cimientos (si no querés nada de soledad en tu vida).

Entendí muchas cosas, hoy, sobre el miedo de esta sociedad paisa, colombiana. Tuve que usar a una bella criatura para recordarlo. Ojalá ella no me odie demasiado, por mostrarle lo que puede ser posible en Santa Elena, acaso real.

Pero sobre todo, en todas la personas: que la peor soledad es la que se siente en compañía y que las historias más tranquilas pueden ser las más terroríficas.

Diálogo de salida:

- Ve, el domingo nos vamos a reunir con unos amigos para ver los Oscar.
- Ah, es que el domingo es día familiar.

FIN - ruedan cerditos (:) - 

lunes, 15 de febrero de 2016

Premier en exclusiva para Twitter:

Y para este blog, claro está:




Cortometraje completo. Producido en Santa Elena, Medellín, durante el 2015. Escrito y dirigido pro William Zapata Montoya. Producido por Vilma Rivera y Steven Osorno. Protagonizado por Berenice Ospina, Santiago Gómez y Steven Osorno. OTRA OBRA Radio NEBLINA.

viernes, 12 de febrero de 2016

El diablo enamorado (2)

Banda sonora de mi nuevo proyecto literario:



Pa escribir hay que verle la cara a este berraco. ¿Es una extensión de ES DOMINGO YNTAN? En parte sí, al menos va en las mismas ondas gravitacionales.

Al final todo se junta. Lugar común: ´los escritores siempre escriben sobre una misma cosa´.

Pudo haber sido un DOMINGO YNTAN más idealizado y aquí no lo es tanto. Es un domingo yntan que muestra el bus pero el bus por debajo.

Ya no es cine, es literatura y es la novela que tanto me he frenado en empezar a escribir por falta de un tono. Todo junto viajando en la cresta de la misma ola gravitacional.

Es el largometraje que siempre he querido hacer y que quién sabe si la vida me iba a dar el tiempo para él. En literatura en cambio uno escribe y listo. No hay que grabar. Todo sale de inmediato pa pintura. 

martes, 9 de febrero de 2016

EL DIABLO ENAMORADO (1)


- UN REMAKE- 





... there are bad times in our life 
that are just a mess and not dramatically effective, 
and so ¿what can we do with them?

Querido Giova,

Y ahora resulta que te vas. Quién iba a creerlo. Te vas y te vas a Brasil. Ese país tan fantástico, tan oculto, tan indie.  Tal vez nunca leas esto porque a lo sumo lo publique en Facebook o no lo publique nunca, ni te lo mande o lo deje en mi computador, aunque sufro de esa terrible enfermedad exhibicionista de creer que todo es literatura y que se debe leer ya, urgente, cuanto antes, en donde sea y vos como sos tan Brasil, tan oculto tan indie, tan repleto de mística, tan de odiar Facebook y esas maricadas que existen hoy en día. 

Y entonces nos hemos vuelto a encontrar en una esquina cualquiera, por casualidad, por destino, como nos hemos encontrado siempre, en estas noches frescas de Medellín que me inspiran tanto, con sus bolsas de basura en las esquinas esperando que pase el camión del municipio a recogerlas (ahora resulta que el carro de la basura pasa por las noches).

 ¿Por qué me inspira tanto Medellín? Si la odio tanto como a una ex amante que se ha mandado a poner botox, si me cae tan mal como uno de esos amigos canallas que uno invita a la casa con hospitalidad y luego terminan atacándote con sarcasmos y dejando sus patas de marihuana por los rincones y que no se dignan a lavar el plato donde saciaron su hambre de chirrete barato y, ahora más, con su clima de tierra caliente, sus ínfulas de ciudad grande. 

En fin, debe ser que Medellín siempre será mi novia, mi única novia a la que siempre volveré, a la que siempre volveremos como perros que han aprendido ´a volver al hogar para poder comer´ (sic) (¿Te acordás? El cidí de Calamaro). Y uno a las novias no las va a preguntar siempre. 

Pero tal vez volví para encontrarme con vos, porque nos la debíamos, lo necesitaba yo, la antena cósmica me trajo, por tantas cosas pendientes y tantas cosas resueltas a la vez, para ganar otro poco de inspiración acaso, retomar la escritura y... no más... 
(¿Por qué Santa Elena no me inspira? ¿por qué me bloqueo allá?)

Y por qué pienso irme de nuevo. Volver a subirme, pero irme. Medellín no es ciudad para quedarse. Como vos. Irme, salir, fugarme, como vos, que has tomado la decisión aun cuando hay tantas cosas nuevas que te atan, que podrían proveerte una estabilidad, ahora que tenés un hijo y una familia como vos mismo la llamás: ´mi familia´. ´Hay que subir el techo´, me dijiste y ahora te entiendo apenas, aunque me lo explicaste ese día. Subir el techo es que no es lo mismo ser el hijo de un magister en Antropología a ser el hijo de alguien con un doctorado internacional en el área que sea. 

Pero así somos, resulta que  nos hemos vuelto a encontrar y no sólo en lo físico, también en lo intelectual como hace siglos no nos encontrábamos, en un clima espiritual muy parecido, tal vez el mismo cósmicamente hablando. Y como vos decís: hay tantas cosas por hacer, que es hora de irse, que es otra forma de encerrarse. Nunca había estado tan de acuerdo con vos. ¿ quién necesita los bares ya? ¿quién necesita las calles de Medellín y sin embrago volvemos a ellas. Vos hace años los dejaste ya, desde mucho antes de que te pasara lo que te pasó. Quizás desde antes que pasara lo de tu hermana y lo de tu mamá, qué falla, hermano, no pude estar a tu lado y sin embargo vos sí te has dado las mañas de aparecer, para ayudar, para acompañarme en muchas tragedias de mi vida, que obvio, no se acercan en lo más mínimo a las tuyas, las mías han sido pruebas pa quinceañeras. Lo tuyo viejo, lo tuyo sí ha sido grosso. Y sin embargo me recibes cada tanto con esa especialidad, con esa gracia, esa compasión de alma doblemente en peligro por lo purificada.

 Me pregunto, ¿esas almas corruptas que tan bien se saben camuflar... ?¿qué o qué ? ¿Sufren? ¿Sufren poco? O ¿No sufren nada? ¿Son tan psicópatas como parecen?

Viejo, Giova. Hermano, hace años no tenía un encuentro tan bacano en Medellín. De hecho nunca lo había tenido tan amable desde que volví. Ni siquiera con vos nos habíamos tratado tan bien o por lo menos habíamos conectado como lo hicimos esta última vez (será la edad? Serán estos 40?. 

Aunque esa tarde en tu casa, recién muerto tu padre - creo- , fuiste tan hospitalario. Tenías un único cidí para poner y era el de Calamaro y sacaste una de ron porque nos habíamos acabado la de vino que yo te llevé y cantamos todas las canciones de ese disco y las repetimos y mencionaste a tu mamá y creo que lo relacionaste con los temas que estaban sonando. 

Pero antes habíamos pasado aquella tarde en la casa de tu exnovia y me acuerdo que hubo tantos desacuerdos ese día, desacuerdos tácitos, como silenciosos, tal vez porque yo ya había empezado a pelear existencialmente contra la marihuana y por hablar tanto de cine y, obvio, por el estado mental en el que se encontraba tu etapa de duelo, y luego mi ex esposa (sí, al fin terminé con ella, como te conté) y la ciudad y esa vista tan ruin que tienen los edificios de Buenos Aires cuando miran hacia la comuna 8 y la terraza y toda esa marihuana que te metiste entre pecho y espalda y los rones que a mí me estaban entrando al revés.

Cucho: pero la vida nos vuelve a encontrar. Nos separamos como si fuera para siempre ese día, yo me fui diciendo, a este man ya lo perdí como amigo, creo que nunca más lo voy a volver a frecuentar y tan: el tiempo hace de las suyas, nos vuelve a juntar de alguna u otra forma, en alguna esquina casi siempre.

Luego pasó lo de la hamaca, creo. Vos andabas con la cantaleta de que me tenías una hamaca desde antes de que me fuera para Nueva York y yo decía para mis adentros, pero a quién le importa una hamaca ahora, en estas circunstancias, uno volviéndose a tratar de acomodar, de no tener un sitio fijo para vivir y vos con el cuento de la hamaca, que me la querías devolver. Yo por educación, y por el gran respeto que te tengo, no te dije que la botaras a la basura, pero en algún momento quise decírtelo. Ahora entiendo que esa hamaca venía viajando en el tiempo. Esa hamaca traía mensajes de una época cuando tu mamá todavía estaba viva. ¿Te acordás? Vivías justo al lado del bar ése en el que me montaron el ganso ciego de robo, en la 33. Y yo me puse a defender a una novia que hoy en día no defendería ni a palos, por nada del mundo metería las manos al fuego por ella y creo que por ninguna otra mujer. Pero claro, tenía 28 años. Ahora las cosas son a otro precio. Y entonces vos me diste posada esa noche, porque yo estaba en estado de shock, eso con bruja y todo de por medio, y vos como que lo notaste y me dijiste sin habrte solicitado nada, todo bien, vení a mi casa y allá estaba tu mamá y le compraste comida a esa pelada con la que yo estaba ennoviado. Y tu mamá super querida. Conversamos como lo habíamos hecho siempre con ella, tan dicharachera, como vos cuando uno te encuentra por ahí en la calle, como cuando hacías esos bailes en Calazans con la gente de la universidad, bailes de amanecida y sancocho para desenguayabar. O como cuando yo imprimí en tu casa el primer cuento que escribí en la vida, en uno de esos computadores con D.O.S y ella tan querida, tremendo algo parveado. Yo con esa pena, sobre todo porque no tenía ni puta idea de lo que era un computador ni como se manejaba y porque me tocó ponerte a vos a que me digitaras el cuento que, creo, era para una tarea de la universidad.




Viejo: escribo esto desde un aparta estudio en el barrio El Salvador, cerca a la estación nueva esa del tranvía, llamada Bicentenario. El calor es apremiante. Parece uno de ésos calores del verano newyorkino de los que tanto te había contado, cuando tocamos el espinoso tema del poeta Ricardo de Umbrella House. 

A mi lado yace mi mascota, a la cual tuve que tusar para llevarla a Urabá, vos sabés, siempre conservo la esperanza de ir de visita por allá. Vos sabés, te he contado harto mis motivaciones con Urabá. 

Medellín, en general, parece una fábrica de moler piedras. Creo que me he tenido que poner unos audífonos y subir todo el volumen de este computador para tapar el ruido de la ciudad, me parece insoportable. Tal vez es que quiera también ahogar el escándalo que le está haciendo la dueña del edificio a mi vecina. Es una vieja loca, sabés.

Parce, a qué horas Medellín terminó de rayarse del todo. La cucha, hermano, le está reclamando 3 meses de arriendo. Ha venido toda la mañana a eso. Mi vecina, en una de las pausas, vino a tocarme la puerta y a mostrarme los recibos de pago, como si yo fuera el juez de un partido. Imaginate, acabo de alquilar un apartamento de 520 mil pesos a una señora que administra edificios en el centro de la ciudad, como si fueran inquilinatos. A mí me ha llamado 3 veces en 15 días para que le barra las escaleras del edificio so pretexto de que mi perra suelta mucho pelo. Además también me llama porque llueve, porque no llueve, para que le arregle un closet que me entregó malo... ¿¿¿¿???? What the fuck, man! Tengo el palito yo pa las locas, se me pegan como moscas a la mierda. Aparte, claro está, Medellín toda sufre de una terrible psicósis colectiva. Con esta bulla tan hijueputa, y con esta contaminación, no hay alma que pueda conservar el quicio. 

Aunque te digo, hermano, hay épocas en la vida de una persona en que el diablo se enamora en el sentido más sicarial del término. A veces no podés hablar muy duro de lo reconciliado que estás con la vida y con el mundo, porque ese berraco diablo te empieza a perseguir. Empieza a querer meterte al baile y a vos no te queda más remedio que salir a seguirle el paso. 

Y entonces, empieza todo a salir mal, las cosas a desmoronarse. Y empiezan los demonios a saltarte por la vereda. Pero también los ángeles. Y suelen ser más. Aunque sólo nos dedicamos a ponerle atención a los primeros. Y querido, Giova, te pregunto algo, mientras voy a la cocina a servirme un vaso de agua y mientras la mañana del domingo da un poco de tregua y mientras pienso eso de que hay momentos malos en la vida de un escritor que no son dramáticamente efectivos como para escribirlos... ¿entonces, uno que hace con ellos?

FIN DE LA PRIMERA PARTE.





miércoles, 20 de enero de 2016

Invierno de Fuguet, como un paraíso extraviado

´´Hay gente que te tira a dañar y otra que simplemente lo logra´

En el 2013, escribí esto sobre una película que me marcó para siempre:

... ´´ Porque la película que quise postear aquí, nunca la encontré otra vez. Su título no lo recuerdo, solo está en mi cabeza .

(¿Dónde he ver de nuevo esa película que una vez vi con mi padre en el teatro Libia de Medellín, gringa, setentera, sobre unos seres que pierden a un amigo, a un hijo, a un hermano y todo es un duelo? ¿Cómo se llamaba?) Quién sabe. 

De pronto me la encuentre algún remoto día y vuelva a abrir, entonces, este blog.´´... 

Se trataba de una película sobre un ausente. Mucho más que un suicidio o una muerte o un duelo, era una película sobre cómo una pequeña comunidad quedaba impactada tras el irse de alguien para siempre.



Lo escribí ese día porque ha sido la película que más traumas me ha dejado. Pero traumas positivos, traumas a lo bien, si eso existe. Traumas estéticos sobre lo bonita que puede llegar a ser la muerte si se sublima, si se lleva a un próximo nivel.

Aquello lo escribía porque quería cerrar un blog y porque estaba cansado de ver tanto cine, cine en mayoría insulso, que no me decía nada.

En ese 2013, pues, Alberto Fuguet estaba terminando una película llamada Invierno, la cual apenas fue estrenada en el 2015.


Veo hoy la cinta de Fuguet y me sorprendo de cuanta similitud tiene con la película referida. Como una especie de remake, Invierno ha logrado revivir mis viejos sentimientos por el tipo de cine que me formó y que me gustaría ver más a menudo, el de mi educación sentimental, mi cine, el cine tipo Teatro Libia de la ciudad de Medellín. Es como si se me hubiera cumplido el deseo de encontrarme de nuevo aquella película que fui a ver con mi padre y que alguna perdí para siempre, como a un paraíso extraviado.

De estas películas ahora se hacen pocas o llegan pocas, pero deberían hacerse más.

 El tema de un ausente y las reacciones alrededor de ese ausente. Qué buen tema, cuanta claridad de ideas nos dan esta película.